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Una piraña en el bidé

Aqui no hay quien duerma

Ataca Canela, ataca...Cuando creíamos que era imposible añadir otro friki a la colección de perturbadores del sueño de un servidor hemos rizado el rizo. Hoy a eso de las 6:30 los gritos de un energúmeno me han sacado de mi letargo nocturno: ¡Canela, ven aquí! ¡Canela que vengas!
¡Hombre, una hora estupenda para pasear al perro, las 6:30 de la mañana, ya se sabe que es la hora favorita de los cánidos para ir a hacer sus necesidades! Menudo cabrón, si hasta he oído claramente a mi vecino de al lado (con el que comparto tabique del dormitorio) llamarle hijoputa. Odio el verano y a los cabrones jubilados o a los vacacioneros que no tienen nada mejor que hacer que sacar al perro a esas horas de la mañana. Ójala fuera invierno todo el año, todo el año nevando y todo el mundo metido en su puta casa.
Ahora que para el caso de Canela y el hijoputa en cuestión ya tengo en mi maquiavélica mente una solución pensada. Nada de posta lobera con panoplia bajo la ventana, ni un lanzacohetes talibán como con el tapicero. Un silbato de Ultrasonidos que vuelva violento al perro (cual rottweiller aunque se tratara de un caniche), ataque a su amo y nos libre a ambos (perro y vecino soliviantado) de su existencia en el planeta tierra.
Al final va a tener razón mi padre, inventas una máquina de matar tontos, matas a millones, se te rompe la máquina y todavía queda algún tonto por ahí que te jode el día...

3 comentarios

La Piraña del bidé -

Queridos amigos Duveth y Antonio José, como bien apunta la amiga Duveth (gracias por visitar esta bitácora, muy chula la tuya por cierto) no es tanto una cuestión de perros como de dueños y a lo que acostumbres a los animales.

Antonio José -

Lo mejor es cuando vives en un vecindario "perruno" y llegan las diez y las once, las doce y la una y las dos y las tres... y tienes que madrugar, pero como hace ese calorcillo del verano mantienes una ventanilla abierta esperando que la ligera brisa entre. Entra, pero acompañada de las ondas sonoras de múltiples perros que echan de menos a sus dueños cuando los abandonan en la terraza.
Algunos ladran, otros simplemente aullan... Parecen hablar entre si y confabular un plan "de mañana no pasa" pero como son eso, perros, pues al día siguiente cuando su dueño los levanta a las seis y media para que te fastidien, ya olvidan todo el rencor, mueven el rabo como un idiota y salen corriendo cual enamorado cuando ve a su amada cabalgando en un lindo corcel, mañana será otro día.

DuVeth -

Para evitar eso prefiero tener que lavar el patio.
Claro.. mi perro está acostumbrado a mis costumbres de cama... así que sencillamente bajamos, hace en el patio y de nuevo a la cama los dos.

Eso de dormir hasta tarde es rico.